Adiós.-

(...) : - ¿Obsesión?
(...) : - No jodas. Esas ideas son tan simples como la trama de una tira adolescente de estos tiempos.
(...) : - ¿Porqué?
(...) : - Las series adolescentes de estas épocas son tan vacías como la gente que las ve. ¿No podés pensar por vos misma?
(...) : - Sí que puedo.
(...) : - No, no podés. Estas en el mismo círculo vicioso hace mucho tiempo. Y no podés salir por una sola razón.
(...) : - Estás equivocado. Vos no crees en la esperanza. Sos tan insensible como una piedra. No me comprendés. No ves como son las cosas de adentro. ¡No sabés como son las cosas... ¡NOOO!
(...) : - Lo que vos le llamás esperanza en estos casos, es una simple excusa. Tan invisible y predicible como el final de su historia. La esperanza existe en otros casos, en estas situaciones no es más que una barrera que elegís vos para no enfrentar la realidad.
Siempre es más simple tomar la decisión más fácil. Es fácil volverse a una historia anterior y querer revivirla y hasta cambiarla. Tu problema es que no querés afrontar la realidad. Siempre tenés el interés de que cambie. Pero no lo va a hacer.
Total, de última siempre va a haber alguien que seque tus lágrimas... Pero esta vez no voy a hacer yo. Buscate otro, yo ya he partido a otro lugar.

(A veces una mentira te alegra la vida. Y una verdad te la amarga.
¿Qué preferis? ¿Ser féliz por un tiempo? ¿O estar conciente de tu situación todos los días de tu vida y hacer tu felicidad a partir de eso?)